Es justo y necesario repensar el proceso de edición desde la perspectiva de genero. Un punto de partida son los datos que muestran  las desigualdades sufridas por las mujeres investigadores en su desempeño por conseguir publicar sus trabajos en las mismas condiciones que sus colegas masculinos. Lo que constituye un elemento clave en las evaluaciones de las carreras científicas es evidenciar la carrera investigadora como una trayectoria continua e ininterrumpida, lo que responde a una visión masculina de la vida profesional, perjudicando a las carreras de las mujeres, a menudo condicionadas por responsabilidades familiares.