Quienes revisan tienen una responsabilidad clave en la selección de los textos que finalmente se publican. La revisión doble par ciego persigue mejorar la calidad de los textos, perfeccionarlos con orientaciones precisas, pertinentes y acertadas, en la medida de lo posible. Conocimiento y experiencia entran en juego y se dan la mano para procurar la compartición de saberes significativos.
Durante la tarea de revisión, COPE sugiere una serie de recomendaciones a quienes revisan:
– si se detecta un conflicto de intereses que no era evidente cuando aceptaron la revisión o cualquier otra cosa que pueda impedir realizar una revisión justa e imparcial, deben notificar esta circunstancia inmediatamente a la revista y buscar su asesoramiento.
– mientras se esperan instrucciones de la revista sobre cuestiones que podrían provocar la anulación de la solicitud de revisión, quienes revisan deben detener la valoración del texto y los materiales asociados.
– leer detenidamente el texto, el material auxiliar (instrucciones para revisión, declaraciones éticas, archivos de datos complementarios). Si hay algo que no está claro o se detectan informaciones confusas o incompletas para completar la revisión, se debe solicitar aclaración a la revista.

– si se carece de experiencia en la temática del texto asignado, cuanto antes, hay que informar a la revista. Conviene evitar esperar hasta la presentación del informe de revisión para trasladar esta circunstancia porque el proceso de revisión sufre demoras innecesarias.
– no involucrar a nadie más en la revisión de un manuscrito, incluso a personas investigadoras en formación que colaboren con quien revisa, sin obtener primero el permiso de la revista. Si, previa consulta, la revista accede a que participen otras personas en la revisión, estas deben obtener el reconocimiento debido en la certificación, en la publicación del comité de revisores/as y en el registro interno de la revista.
– mantener la confidencialidad de todos los detalles del texto y de la revisión.
– si surgen circunstancias que impidan presentar una revisión a tiempo, se deben comunicar, tan pronto como se conozcan, a la revista aportando una estimación precisa del tiempo que se necesitará para hacer una revisión, en el caso de que la revista pudiera asumir un cambio en su previsión de plazos y se mantuviera el encargo de revisión.
– si se sospecha de la identidad de quien/es firma/n el texto (o el texto no está anonimizado, por error), en el caso de una revisión doble par ciego, es preceptivo notificar a la revista esta circunstancia valorando si esa información plantea algún posible conflicto de intereses.
– si se detectan irregularidades, se duda sobre los aspectos éticos del trabajo, hay constancia de la similitud sustancial entre el texto y una presentación simultánea a otra revista o un artículo publicado, o se sospecha que el texto (o la investigación de la que se deriva) ha incurrido en alguna práctica no ética; se debe dejar constancia escrita en el informe para que el equipo de edición de la revista decida y actúe en consecuencia. Quien revisa es responsable de detectarlo y la revista es responsable de investigarlo para obtener evidencias.
– evitar demoras intencionadas de la revisión, bien retrasando el informe o solicitando información adicional a quien firma el texto o a la revista de forma innecesaria. No prolongar intencionadamente el proceso de revisión solicitando información adicional irrelevante a la revista o al autor.
– asegurar que la revisión se basa en los méritos del trabajo y no está influenciada, ni positiva ni negativamente, por consideraciones personales, financieras o de otra índole.
– no contactar directamente con quienes tienen la autoría del texto sin el permiso de la revista.
Observar estas recomendaciones permite realizar revisiones honestas, útiles para aportar mayor calidad al texto inicial y depurarlo al máximo. El sistema de publicación científica es sostenible gracias a quienes revisan y a cómo realizan este decisivo encargo. En publicación científica, las prácticas éticas son ineludibles, consustanciales al propio encargo.