El sistema de ciego simple y doble ciego en las revistas científicas tiene sus seguidores y detractores, (hay quien propone, el triple, cuádruple y séxtuple ciego ). No es el objeto de este post hablar de las bondades del sistema, sino todo lo contrario. El objetivo de este post es “hacer que los ciegos vean” (Jn 9:39). No obstante, este texto también está dirigido a los autores que deben aprender a mantenerse en el anonimato y editores de revistas que deben velar por el anonimato de los trabajos en revisión.

Un buen científico, en su papel de revisor, debería poder identificar a los autores de los trabajos de su área, especialmente los trabajos de sus compatriotas, o al menos acotar suficientemente el número de «sospechosos». Esto por supuesto tiene sus limitaciones, es muy difícil identificar a los nuevos investigadores del sistema o a los investigadores que cambian de línea de investigación. A veces las identificaciones son erróneas, puesto que se identifican a los maestros y compañeros de los autores, que tienen líneas de investigación y grupos sociales académicos similares. Podemos decir que uno de los objetivos inherentes (aunque no declarado) a toda revisión ciega es la identificación de la fuente (el autor), para ello el trabajo se convierte en un tablero de “cluedo” y el investigador debe ir descubriendo las pistas, ponerlas en contexto y descubrir a Mr. X.

Como documentalista, tengo mis “trucos” especializados por influencia del área. Mientras que unos leen el futuro en los posos del té y del café, los documentalistas estamos especializados en descifrar los misterios de la ciencia en los «posos» de los artículos; las referencias bibliográficas. Las referencias son para el científico social lo mismo que los análisis de sangre para los médicos, unos indicadores excelentes que nos hablan de la salud y las enfermedades de un trabajo, incluso aplicando ingeniería podemos averiguar parte, si no entero, del ADN del padre de la criatura. No obstante, también utilizamos otros métodos. Ahí van una lista de lugares donde encontrar pistas:

Archivo:

  • A veces el archivo de revisión del trabajo lleva incluido el nombre del autor de este. Pinchamos sobre el documento antes de abrirlo, botón derecho, propiedades y ahí saldría. Esto es obra de un autor torpón y una revisión editorial descuidada.

Título:

  • El título en teoría suele representar más al trabajo que al autor, no obstante, con frecuencia nos encontramos trabajos que son continuaciones de trabajos previos o aplicaciones de una misma metodología a otras áreas, por lo que comparten una gran similitud con obras pretéritas del mismo autor.

Introducción:

  • La introducción es uno de los campos más subjetivos, el estilo y la redacción del autor es “más libre” en este apartado. A veces los autores se permiten licencias poéticas, y como decía Ricardo Darín en “El secreto de sus ojos” aunque una persona cambie de cara e identidad, lo que nunca cambian son sus pasiones, y la introducción es un buena área para expresarlas.

Material y Métodos:

  • El autor debe comprobar quienes han utilizado antes la misma fuente de información, eso le permite acotar mucho la búsqueda, sobre todo si es una fuente de información poco común. Si la muestra se ha usado previamente podemos suponer que fueron los mismos autores tratando de aprovechar esfuerzos y energías. El método también es clave, dependiendo de la complejidad y originalidad de este podremos acotar mucho o poco a los sospechosos. Por ejemplo, yo utilizo el Análisis de Redes Sociales para estudiar la estructura social a partir de los tribunales de tesis, y al igual que yo sólo siete personas más, entre ellos tres investigadores de mi grupo.

Análisis y Resultados:

  • En el capítulo análisis y resultados (como en el resto) vemos la capacidad de análisis de los autores, por tanto, podemos entrever su madurez científica y discernir a qué grupo pertenece (investigadores profesionales y amateurs). Por otra parte, la creatividad de los autores tiene reflejo en la metodología (pocas veces) y en el análisis y resultados. En la ejecución de las figuras y tablas, podemos identificar estilos pictóricos; por eso (entre otros motivos) en comunicación científica se recomienda estilos sobrios y planos.

Discusión y Conclusiones:

  • Muchos autores se autocitan en las conclusiones, puesto que sus trabajos suelen ser continuaciones de investigaciones previas y conocen sus resultados y las implicaciones de estos perfectamente. La discusión y conclusiones además nos permite descartar autores, todos aquellos autores con los que en la introducción y en este apartado los autores se muestren disconformes…
  • Por otra parte, en áreas de Ciencias Sociales y Humanidades es común que los autores reflejen en este apartado opiniones propias, en muchos casos alejadas de las opiniones comunes. Como decía Umberto Eco; la belleza tiene formas limitadas, en cambio la fealdad, el error es ilimitado, por lo que es más fácil identificar a alguien que se confunde o se separa de los cánones normales donde todos coinciden.

Bibliografía:

  • Citación nacional vs internacional. Nos da una idea de en qué ámbito se mueven los autores. Incluso podemos saber a qué país pertenecen.
  • Citación excesiva a libros. Dependiendo de la temática del trabajo podemos pensar que el autor es amateur, nacional, un doctorando, etc.
  • Citación a un pre-print. Si un autor cita un pre-print no publicado es evidente que es su autor.
  • Citación excesiva a un autor. Cuando Mr X cita excesivamente a un autor las sospechas aumentan, sobre todo cuando los trabajos no se relacionan directamente con el artículo presentado.
  • Citación a materiales raros. Cuando se citan materiales poco comunes, tesis, congresos, descriptores de asignaturas deberíamos sospechar el porqué de esta práctica. Si encima los materiales no están disponibles en internet o citados en Google Scholar es muy probable que el autor de estos sea el autor de la obra. Un golpe de tuerca sería además buscar si estos materiales han sido citados previamente.
  • Citación excesiva a una revista (especialmente los dos últimos años). Deberíamos ver quién es el editor de la revista o quién del staff publica sobre este tema.
  • En general, si se tienen sospechosos podemos comprobar sus parámetros de citación en busca de similitudes. Como dice Emilio Delgado en relación a la ciencia “Somos lo que comemos”.

Cómo descartar

  • Descartar a los autores con los que se muestre disconformidad.
  • Descartar a los popes de la disciplina que no son citados. Muchas veces este hecho viene dado por enemistades, lo que nos da una pista más de Mr. X.

En fin, probablemente se me habrá olvidado algún consejo más. Espero que el lector ahora sepa identificar mejor a los autores y camuflar mejor su identidad.

Nota: Este post lo escribí en marzo de 2013 y hemos creído conveniente actualizarlo y publicarlo en la Escuela de Revisores.