La Comunicación es una disciplina dinámica, en la que el cambio es una constante, en consecuencia requiere de la investigación científica seria, que integra nuevos hallazgos, que estudia las distintas perspectivas que se van presentando, los diversos contextos en que se van desarrollando y que permite finalmente que se presente una visión más amplia de las ciencias.
Y en esa tarea investigadora encontramos a los autores, y a sus pares, los revisores, que son los que evalúan la calidad de las comunicaciones presentadas a las revistas científicas. Todas las Revistas de Comunicación buscan, como lo recoge el Journal of Communication, brindar a sus lectores los hallazgos más recientes, amplios e importantes en el campo de los estudios de la comunicación, y esperan que los manuscritos sean contribuciones originales a esa investigación académica.
Los revisores son la piedra angular de las revistas científicas de calidad. Reciben la confianza de los editores para valorar las investigaciones y recomendar la publicación de aquellas que avancen el conocimiento científico. Asisten a los órganos de la revista en la toma de las decisiones editoriales y ayudan a la mejora de los artículos.
Es una tarea que demanda mucha responsabilidad del revisor. Algunas revistas, como Comunicar, cuentan con tutoriales e indicaciones precisas para los revisores. Otras, como la Revista de Comunicación, la refieren entre sus compromisos éticos. Lo esencial es que los revisores sean conscientes de su rol y estén formados para cumplirlo a cabalidad.
Existen organizaciones, algunas tan antiguas como Elsevier, que reseñan los objetivos del revisor y la gestión de su trabajo. Nosotros nos fijaremos en sus cualidades. En esos valores humanos del ser revisor que desarrollan su personalidad y que además constituyen requisitos para que la evaluación sea posible.
La primera cualidad es la de ser un buen Investigador, con experiencia académica y experto en el tema a evaluar; que comprende sistemáticamente el campo de estudio y domina los métodos de investigación correspondientes. Hablamos de una adecuación entre la formación especializada y el tema de investigación, que le permitirá sumergirse con el autor en el problema científico planteado y explorar las huellas recorridas, los objetivos, y los métodos establecidos para encontrar esos resultados verdaderos con los que pretende dar solución al problema, cuestionarlo y entablar un diálogo reflexivo con el autor.
Tener espíritu crítico y ser objetivo en sus juicios. El evaluador debe juzgar objetivamente la calidad del trabajo completo. La Crítica debe basarse en los hechos, ser una crítica respetuosa y de carácter constructivo. Revisión razonada y fundamentada, sin afirmaciones gratuitas. Una revisión, como señala Mercedes Medina debe aportar ideas de cómo incrementar el impacto social y científico de dicha investigación si se considera pertinente.
El Hábito de pensamiento, referido por José López Yepes, nos parece fundamental, porque su cultivo nos hace traspasar la frontera de la erudición y la información y alcanzar una visión de conjunto. La reflexión le permitirá juzgar si el estudio es original, novedoso, contribuye al progreso de la ciencia y si es relevante para la sociedad.
Integridad personal. Actitud ética. Los revisores asisten a los órganos de la revista en la toma de las decisiones editoriales y ayudan a la mejora de los artículos. Es necesario una actitud ética en todo el proceso de evaluación:
Respetar la Confidencialidad. El evaluador debe considerar el trabajo recibido como un documento confidencial en todo el proceso de revisión hasta su publicación, o no, y después de este.
La Imparcialidad es otra cualidad, se requiere de independencia mental, que esté sujeta al objeto de la investigación y no a los prejuicios ideológicos o conflictos de interés.
Conflicto de intereses. Los evaluadores deben rechazar la revisión de un manuscrito cuando identifiquen una relación personal o profesional con los autores, porque puede afectar su juicio sobre dicho trabajo.
Responsable, Comprometido, Riguroso y Ordenado. Adquirido el compromiso debe realizar la revisión en los plazos acordados. Su incumplimiento, genera problemas a la revista que carece del tiempo para encontrar inmediatamente otro evaluador experto, y es una falta de respeto al autor, que debe disponer de tiempo para levantar las observaciones de los evaluadores.
Riguroso en el análisis y ordenado y claro en la exposición de cada uno de los elementos valorados. Estos se constituyen en guía para los autores y en elementos de juicio para los editores. Responsable porque su valoración y sus recomendaciones contribuirán a la decisión final de los editores.
Sentido de servicio en el ejercicio de la revisión. Aunque es un trabajo anónimo, y usualmente no remunerado, la sociedad requiere de su colaboración para el avance de la ciencia. Desde sus evaluaciones, fomenta y mantiene la calidad de la comunicación de la ciencia. Y es una oportunidad para actualizarse en torno a las tendencias temáticas y los cuestionamientos que se discuten en la academia y en la industria. De hecho, el reconocimiento de la posición de experto es sumamente valioso para la reputación de investigador científico.
La revisión es una tarea ardua, compleja, y valiosa, y los revisores desempeñan un papel esencial en el proceso que garantiza la calidad de la investigación, por ello requieren ser expertos en su tema y poseer esas cualidades personales que cruzan todo su buen hacer.